martes, 19 de junio de 2018
Más heterodoxo que tecnólogo
Es curioso. La última vez que escribí en este blog, que no pensaba que hiciese tantísimo tiempo, no tenía, coyunturalmente, una profesión tecnológica, pero estaba programando un número de horas como en pocas épocas de mi vida he hecho.
El caso es que tras casi una década de ejercer como tecnólogo, retomo mi ser como blogger tecnólogo atípico, para, en cierto sentido, anunciar que renuncio a que se asocie mi persona con la de un tecnólogo, a comunicar que deseo borrar esa etiqueta que liga al ser humano con su profesión, a esa eterna pregunta que nos acompaña cada vez que conocemos a una persona nueva en un cocktail o en una ruta de senderismo: Y tú, ¿ en qué trabajas ? Tras la respuesta, ya quedas automáticamente etiquetado. Como si un ser humano fuese, sobre todo, su profesión.
Y, más aún, a que me alejo de mis "títulos", que no sé qué titulan.
Hace ya dos años que , aunque a mis abuelos les fue haciendo ilusión que colgara mis títulos por las paredes, cosa que nunca me llamó gran cosa, lo hablé con mi abuela y decidí retirarlos y guardarlos, eso sí, adecuadamente protegidos, porque es posible que algún día puedan tener alguna utilidad práctica, para mí o para otros, de modo que contuve mi impulso amigdalar de introducirlos en la trituradora de papel.
Curiosamente, primero quité los títulos de sus marcos, luego repuse los marcos vacíos a sus posiciones habituales, y los fotografié. Pocos días después, les mostré esa foto a dos amigas, tratando de explicarles su simbolismo, y no me entendieron. Adoptaron una actitud de ya está Sergio con sus Sergiadas.
También es verdad que una reforma así requiere tiempo, vivir muchas cosas, y que pase mucha agua bajo el puente. Que mi desintoxicación de identificarme con profesiones o títulos aún va a ser muy progresiva, y tendré, como todo adicto, mis altibajos y mis recaídas. Pero he dado un paso más: el último rastro visible de que pisé instituciones académicas era una orla. No me atrevía a plantearle a mi familia mi deseo de retirarla (quizás el tener que recurrir a un electricista hace pocos meses, y que al ver la orla exclamara algo del estilo de J***r, tú eres xxxxxxx. Y, si bien conozco más de uno y más de dos que están en la orla de un estudio pero nunca se titularon, no pude por menos que admitirle que yo sí.
El caso es que unos estudios académicos te proveen de unas bases para ciertos desempeños. No cabe duda. Y permiten delinear con una frontera clara quién ha ido acreditando unos conocimientos y aptitudes mínimos para esos desempeños, siendo seguramente el arquetipo la Licenciatura ( hoy título de Grado ) en Medicina. Pero, como todo médico sensato cuenta, la Facultad de Medicina enseña a licenciarte en Medicina. Médico te hace la práctica clínica. Y los ejemplos en otras disciplinas serían interminables.
Por otro lado, el tener acreditados unos mínimos en una o varias disciplinas, te acota irracionalmente. Ocurre con frecuencia que tras un cierto tiempo de titularte en algo, terminas sabiendo más de otra disciplina que la que te han puesto con sello de calidad y denominación de origen (como a ciertas variedades de ganado).
Y, en el fondo, las personas no somos una cosa u otra, en ningún sentido significativo, por si somos administrativos, abogados, curas, tecnólogos, sanitarios o poseemos el Graduado Escolar o el Bachiller o la ESO. Somos seres humanos cuando nos comportamos como tales, cuando dedicamos nuestros recursos de todo tipo, unos u otros, muchos o pocos, a ayudarnos a nosotros mismos a no ser un lastre, y a ayudar a los demás una vez garantizada la autoprotección, orden a seguir en primeros auxilios, y, a mi juicio, en la vida, si no queremos tener dos víctimas en vez de salvar una, o que un ciego guíe a un tuerto.
Por eso, yo, Sergio, en el año 18 de mi vida, os pido que a este bandido de los caminos, a este clerigus vagans, a este filó-sofo en el más puro (que es el más humilde sentido de la expresión): que aunque lo parezca, no sabe nada, pero ama el saber, no le pongáis más etiqueta que la que proceda en ese momento de su vida según se esté comportando. En un momento de crisis, que no se puede resolver ni el comodín de la baraja, ni se puede resolver no igualando la puesta.... ahora camino.... y voy caminando. No me siento más tecnólogo. Ni bachiller. Ni Graduado Escolar. Me siento otra piedra en el camino, rodando por el río de la vida, como todas, hasta que un día termine redondeada y suave uniéndome a la madre mar.
De momento, mi tía ha tenido el detalle de molestarse en sustituir mi orla por el cuadro que veis, y guardarla en lugar seguro por si un día la quiero revisitar. Hermoso título de flores insinuadas. Gracias, Katy.
El heterodoxo.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Me estoy haciendo un tecnólogo ortodoxo ( coyunturalmente)
Manda narices... por circunstancias de la vida, este tecnólogo heterodoxo está trabajando remuneradamente en el campo de la asistencia a ancianos, y por circunstancias de la vida, de modo no remunerado, cuando no está en el trabajo, está trabajando más intensamente que nunca ( salvo un par de proyectos que tuvo que desarrollar en tiempo récord hace una década, ya se sabe cómo es trabajar de programador de aplicaciones y los tiempos de entrega que desean los clientes, y que en un mundo de elevada competencia, a veces hay que aceptar sí o sí, aunque requiera aplicar aquello de que lo extraordinariamente difícil lo hacemos ipso facto, lo imposible tardamos un poquito más) en la creación de una aplicación de escritorio ( curiosamente, ahora que empuja con fuerza Google Docs , con serias oportunidades de dejar obsoleto el concepto de aplicación en local, al menos para cierto tipo de aplicaciones ( el día que vea algo similar al AutoCad como aplicación web flipo ).
Así que el tecnólogo heterodoxo, trabajando remuneradamente en un ámbito ajeno a la tecnología, está ejerciendo de tecnólogo ortodoxo muchísimas horas diarias.
Aprovecho que el Pisuerga pasar por Noreña para contaros que estoy utilizando como editor hexadecimal HxD , que no es software libre, como me gustaría, pero que es freeware y que os recomiendo. Que he intentado usar ICY Hexplorer , que sí lo es ( licencia GPL ) y que tiene funcionalidades que me son útiles y de las que HxD carece, pero cuyas posibilidades de configuración de sus fuentes de letra y características de "View", no sé si soy muy lerdo, pero aun con lo que he logrado mejorar su configuración por defecto , me sigue saliendo tan pequeño todo que no veo ni pa cantar.... Creo que terminaré haciendo mi propio editor hexadecimal adaptado a mis necesidades, pero, de momento, tiro con el HxD, que si tuviera las capacidades qu tiene el ICY Hexplorer con su calidad de presentación sería la hostia, con perdón.
Por cierto, no he logrado encontrar un conversor hex a dec que se adapte a mis necesidades y a mis gustos.... Es una emergencia.... ¿ hay algún informático en la sala ?
martes, 4 de agosto de 2009
Fluoxetina, psicoterapia y cintas de vídeo
Le prometí a M. M. hace semanas que un día hablaría de las ventajas y desventajas, en mi leal saber y entender de lego en Medicina y en Psicología Clínica ( y no clínica ), de la fluoxetina y de las psicoterapias.
Conozco más de un tecnólogo heterodoxo, estoy seguro de no ser el único. Quizás tan heterodoxos como yo no hay muchos, pero buena parte de ellos tenemos la manía de meternos en temáticas que son ajenas a nuestro campo de formación. Así que seguiré con esa manía tan afianzada en mí, y hoy voy a hablar de un par de temas relacionados con mi promesa a M.
Mi gran referente en la cuestión es un tal David D. Burns, un desconocido en el campo de la psicoterapia. Curiosamente el Dr. Burns comenzó su andadura profesional como un destacado investigador en el campo de los psicofármacos, lo que le llevó a obtener en los años setenta del pasado siglo un importante galardón. Posteriormente, observó en su práctica clínica que los resultados que se obtenían con los fármacos no eran tan buenos como él desearía.
No estoy muy seguro de su posición exacta sobre el eterno debate fármacos/psicoterapia/ambos/ninguno, dado que suelo ir al núcleo de sus libros y esa es una cuestión que me parece más afín al sexo de los ángeles que a la aproximación más pragmática posible. Quizás me equivoque, pero yo diría que actualmente Burns es partidario de la psicoterapia como la técnica más efectiva para la mayoría de los trastornos de salud mental. De hecho, creo que opina que en muchos casos, la psicoterapia combinada con fármacos no sólo no es más efectiva que la psicoterapia sola, sino que puede serlo hasta menos. Que, en algunos casos, la farmacoterapia puede ayudar en el comienzo de la intervención mediante técnicas que, como mínimo, está convencido de que son más duraderas que los mejores efectos de la medicación, si el progreso de la psicoterapia puede ser lento, y luego abandonar los fármacos en favor del approccio cognitivo-conductual.
Pero , en palabras del propio Burns, vamos a revisar algunos párrafos:
"
La nación de los placebos
La verdad sobre los antidepresivos y los medicamentos antansiedad
Habrá oído decir, probablemente, que la depresión y la ansiedad son consecuencia de un desequilibrio químico del cerebro y que este desequilibrio se puede corregir con la medicación oportuna. Hasta puede que tenga algún amigo o familiar que le jure que el Paxil o el Prozac los sacó de un bajón de ánimo. Sin embargo, existen motivos poderosos para dudar de que la depresión y la ansiedad sean consecuencia de un desequilibrio químico en el cerebro y algunos estudios recientes y sorprendentes indican que los antidepresivos pueden no ser tan eficaces como nos han hecho creer. Por si tiene usted curiosidad, voy a darle alguna información que quizá le asombre. Puede que haya visto en la televisión anuncios como éste: ¿Se siente tímido ante la gente? Puede que sufra el trastorno de ansiedad social. Según los investigadores, esta enfermedad es consecuencia de un desequilibrio químico en el cerebro. Y ¡tiene usted suerte!
El medicamento X puede corregir ese desequilibrio. Pida a su médico que se lo recete hoy mismo!
Después, se ve un dibujo animado en el que unas pequeñas moléculas sonrientes de serotonina
nadan felices por las sinapsis y estimulan los centros de placer del cerebro. Esta escena se funde con la imagen real de una pareja feliz que, cogida de la mano, corretea alegremente por la playa, porque los dos se han recuperado de su «trastorno de ansiedad social» gracias al medicamento X y ahora están locamente enamorados. Estos anuncios están bien hechos y son seductores. Le dan ganas a uno de tomarse una pastilla ahora mismo. ¡ Eh, yo también quiero corretear por la playa con esa mujer tan hermosa!
¿Son válidos estos mensajes? ¿Es verdad que la ansiedad y la depresión son consecuencia de un desequilibrio químico en nuestro cerebro? ¿Representan verdaderamente las pastillas la forma de tratamiento más eficaz?
Solemos pensar que si un problema tiene causa biológica, hay que tratarlo con una pastilla. Por el contrario, si un problema tiene causa psicológica, podemos tratarlo con terapia a base de hablar. Sin embargo, un razonamiento como éste puede desencaminarnos. A veces, las pastillas pueden ser el mejor tratamiento para un problema psicológico. Supongamos que usted tiene dolor de cabeza porque ha estado sometido a stress. Se toma una aspirina y funciona como por ensalmo. Al cabo de una hora, se le ha pasado el dolor de cabeza. Así pues, a pesar de que su dolor de cabeza era consecuencia de un problema psicológico, usted lo trató de manera eficaz con una pastilla. Esto no significa que la pastilla corrigiera una falta de aspirina en su cerebro. La aspirina fue, Simplemente, la manera más rápida y más sencilla de superar su dolor de cabeza.
"
(...)
"¿Por qué tiene tanta importancia el efecto placebo? Nuestras expectativas pueden ejercer influencias poderosas sobre nuestra manera de pensar, de sentir o de comportamos. Si usted está convencido de que una cosa le sentará bien, entonces es bastante probable que le siente bien, aunque
no tenga ningún efecto verdadero. Supongamos que usted y yo somos ejecutivos de marketing de unos laboratorios farmacéuticos. Un día, en una conferencia de prensa anunciamos que hemos sintetizado un nuevo antidepresivo maravilloso llamado Placebin. Destacamos los efectos antidepresivos superiores del nuevo medicamento y explicamos que apenas tiene efectos secundarios o ninguno, y prácticamente ningún efecto tóxico. De hecho, estamos tan emocionados por este nuevo medicamento revolucionario que vamos a administrar Placebin de manera completamente gratuita a un millón de personas deprimidas en una enorme prueba clínica por todo el país. El Placebin inspira un entusiasmo enorme y la valoración en Bolsa de nuestra empresa aumenta en más de l.000 millones de dólares de un día para otro. Naturalmente. no decimos a nadie que nuestro nuevo medicamento no es más que un placebo que no tiene principios químicos activos. ¿Cuántos pacientes que tomen el Placebin se recuperarán? Muchos estudios de investigación han demostrado que si se administra un placebo inerte a per- l sonas que padecen depresión. al menos de un 30 a un 40% de éstas se recuperarán. Esto significa que, de aquí a unas cuantas semanas, se recuperarán de 300.000 a 400.000 pacientes de nuestra prueba clínica. Cantarán las maravillas del medicamento y dirán a todos sus amigos lo estupendo que es. Algunos hasta pueden hablar en programas de entrevistas en televisión y dar fe de cómo el Placebin corrigió el desequilibrio químico de sus cerebros y cambió sus vidas. Las ondas se llenarán de anuncios de este notable nuevo medicamento y centenares de miles de personas irán corriendo a ver a sus médicos para que se lo receten. Aparecerán libros polémicos que pondrán en tela de juicio la ética de recetar "píldoras de la felicidad" tan fuertes. Pero. en realidad, el Placebin no hizo nada por nadie. Si los pacientes mejoraron fue gracias a sus propias expectativas, no gracias a las pastillas. En realidad, los pacientes se curaron a sí mismos sin darse cuenta de ello. LA ESPERANZA ES EL ANTIDEPRESIVO MÁS POTENTE QUE EXISTE. El efecto placebo produce una enorme confusión sobre cómo y por qué funcionan los medicamentos y la psicoterapia. Podemos crear cualquier nuevo tratamiento extraño para la depresión o la ansiedad, y si somos capaces de convencer a la gente de que funciona, dará resultado para algunos pacientes, aunque se trate de una farsa descarada. En consecuencia, podemos llegar a la conclusión de que nuestro tratamiento tiene poderosos efectos antidepresivos o antiansiedad, cuando no los tiene. Estos engaños han existido durante miles de años. Antiguamente, los vendedores de elixires mágicos aprovechaban el efecto placebo de sus mercancías. También aprovechaban la disposición de las personas a pedir remedios milagrosos, rápidos y sencillos, para cualquier enfermedad que pudieran tener. Puede que usted esté pensando: "Bueno, todo esto son disquisiciones más bien teóricas, porque sabemos que los antidepresivos sí dan resultado. Se han validado en muchos estudios científicos, y están aprobados por la FDA". De hecho, la situación no es tan clara como usted podría figurarse. Algunos estudios recientes indican la posibilidad de que todos los antidepresivos que se recetan actualmente tengan pocos efectos terapéuticos, o ninguno, por encima de su efecto placebo. Por ejemplo, en un estudio reciente realizado en varias universidades y financiado por el National Institute of Mental Health, a 320 pacientes que padecían depresión grave se les asignó al azar uno de tres tratamientos: la hierba de San Juan o corazoncillo, sertralina o un placebo. Los investigadores pretendían descubrir, de una vez por todas, si la hierba de San Juan tenía algún efecto antidepresivo, y para ello la compararon con un antidepresivo "verdadero", por un lado. y con un placebo no activo, por otro."
"Ni [ la fluoxetina ] ni la hierba de San Juan obtuvieron resultados muy brillantes. Mientras que un 32% de los pacientes que recibieron el placebo se recuperaron, sólo un 25% de los que recibieron [fluoxetina] y un 24% de los que recibieron hierba de San Juan lo hicieron.2 El estudio demostró claramente ie la hierba de San Juan no tenía ningún efecto antidepresivo por encima de su efecto placebo. Sospecho que los malos resultados de la hierba de San Juan se anunciaron mucho porque a la industria farmacéutica le interesaba que la gente dejara de tomarla para que pasara a tomar, en cambio, antidepresivos. Sin embargo, los laboratorios no dieron publicidad al hecho de que el antidepresivo no obtuvo resultados mejores que la hierba de San Juan. ¿Ni [la fluoxetina] ni la hierba de San tan tuvieron ningún efecto antidepresivo verdadero por encima de su modesto efecto placebo! Éste ha sido uno de los mejores estudios que se han realizado sobre los antidepresivos y los resultados no concordaban con la idea generalizada de que las sustancias químicas a las que se llama antidepresivos tienen, en efecto, efectos antidepresivos específicos. ¿Se debían estos resultados a una simple aberración de alguna clase? El doctor Irving Kirsch, de la Universidad de Connecticut, y sus colegas, que han estudiado la literatura científica mundial y los datos presentados ante la FDA por los laboratorios farmacéuticos en las últimas décadas, han llegado a la conclusión de que estos resultados, en realidad, son muy típicos. Sus análisis indican que las diferencias entre los antidepresivos y los placebos son mínimas en el mejor de los casos y que al menos un 75% o un 80% de los efectos que atribuimos a los medicamentos antidepresivos son consecuencia de sus efectos placebo.
[...] Estos resultados tienen tres aspectos que llaman la atención. En primer lugar, ni el antidepresivo ni el placebo tuvieron una eficacia notable. Esto resulta especialmente desconcertante si se tiene en enta el hecho de que éstos son los resultados de los estudios más favorables que han realizado los laboratorios farmacéuticos. En segundo lugar, la diferencia entre los grupos tratados con el medicamento y con el placebo fue sólo de 2 puntos. Ésta es la máxima mejora que se puede atribuir al medicamento, y es pequeña, ínfima, sobre todo si se tiene en cuenta que haría falta una reducción de 25 puntos para la recuperación plena. Algunos investigadores han sugerido que probablemente un efecto tan minúsculo no justifica que se receten antidepresivos, dados los efectos secundarios significativos, los efectos tóxicos y los riesgos que se asocian a estos agentes ¡Una técnica de psicoterapia que sólo produjese una mejora de 2 puntos en la depresión no llegaría ni a mi lista de las cien mejores! "
( "Adiós, ansiedad", David D. Burns, Paidós 2006, ISBN 84-493-1925-0 )
[ continuará, dado que este tecnólogo heterodoxo aún no ha cometido el suficiente intrusismo profesional y apenas se ha limitado hasta ahora a citar a un reconocido experto, Profesor de la Universidad de Stanford, que, como se sabe, es un pequeño colegio provinciano sin prestigio alguno ]
Conozco más de un tecnólogo heterodoxo, estoy seguro de no ser el único. Quizás tan heterodoxos como yo no hay muchos, pero buena parte de ellos tenemos la manía de meternos en temáticas que son ajenas a nuestro campo de formación. Así que seguiré con esa manía tan afianzada en mí, y hoy voy a hablar de un par de temas relacionados con mi promesa a M.
Mi gran referente en la cuestión es un tal David D. Burns, un desconocido en el campo de la psicoterapia. Curiosamente el Dr. Burns comenzó su andadura profesional como un destacado investigador en el campo de los psicofármacos, lo que le llevó a obtener en los años setenta del pasado siglo un importante galardón. Posteriormente, observó en su práctica clínica que los resultados que se obtenían con los fármacos no eran tan buenos como él desearía.
No estoy muy seguro de su posición exacta sobre el eterno debate fármacos/psicoterapia/ambos/ninguno, dado que suelo ir al núcleo de sus libros y esa es una cuestión que me parece más afín al sexo de los ángeles que a la aproximación más pragmática posible. Quizás me equivoque, pero yo diría que actualmente Burns es partidario de la psicoterapia como la técnica más efectiva para la mayoría de los trastornos de salud mental. De hecho, creo que opina que en muchos casos, la psicoterapia combinada con fármacos no sólo no es más efectiva que la psicoterapia sola, sino que puede serlo hasta menos. Que, en algunos casos, la farmacoterapia puede ayudar en el comienzo de la intervención mediante técnicas que, como mínimo, está convencido de que son más duraderas que los mejores efectos de la medicación, si el progreso de la psicoterapia puede ser lento, y luego abandonar los fármacos en favor del approccio cognitivo-conductual.
Pero , en palabras del propio Burns, vamos a revisar algunos párrafos:
"
La nación de los placebos
La verdad sobre los antidepresivos y los medicamentos antansiedad
Habrá oído decir, probablemente, que la depresión y la ansiedad son consecuencia de un desequilibrio químico del cerebro y que este desequilibrio se puede corregir con la medicación oportuna. Hasta puede que tenga algún amigo o familiar que le jure que el Paxil o el Prozac los sacó de un bajón de ánimo. Sin embargo, existen motivos poderosos para dudar de que la depresión y la ansiedad sean consecuencia de un desequilibrio químico en el cerebro y algunos estudios recientes y sorprendentes indican que los antidepresivos pueden no ser tan eficaces como nos han hecho creer. Por si tiene usted curiosidad, voy a darle alguna información que quizá le asombre. Puede que haya visto en la televisión anuncios como éste: ¿Se siente tímido ante la gente? Puede que sufra el trastorno de ansiedad social. Según los investigadores, esta enfermedad es consecuencia de un desequilibrio químico en el cerebro. Y ¡tiene usted suerte!
El medicamento X puede corregir ese desequilibrio. Pida a su médico que se lo recete hoy mismo!
Después, se ve un dibujo animado en el que unas pequeñas moléculas sonrientes de serotonina
nadan felices por las sinapsis y estimulan los centros de placer del cerebro. Esta escena se funde con la imagen real de una pareja feliz que, cogida de la mano, corretea alegremente por la playa, porque los dos se han recuperado de su «trastorno de ansiedad social» gracias al medicamento X y ahora están locamente enamorados. Estos anuncios están bien hechos y son seductores. Le dan ganas a uno de tomarse una pastilla ahora mismo. ¡ Eh, yo también quiero corretear por la playa con esa mujer tan hermosa!
¿Son válidos estos mensajes? ¿Es verdad que la ansiedad y la depresión son consecuencia de un desequilibrio químico en nuestro cerebro? ¿Representan verdaderamente las pastillas la forma de tratamiento más eficaz?
Solemos pensar que si un problema tiene causa biológica, hay que tratarlo con una pastilla. Por el contrario, si un problema tiene causa psicológica, podemos tratarlo con terapia a base de hablar. Sin embargo, un razonamiento como éste puede desencaminarnos. A veces, las pastillas pueden ser el mejor tratamiento para un problema psicológico. Supongamos que usted tiene dolor de cabeza porque ha estado sometido a stress. Se toma una aspirina y funciona como por ensalmo. Al cabo de una hora, se le ha pasado el dolor de cabeza. Así pues, a pesar de que su dolor de cabeza era consecuencia de un problema psicológico, usted lo trató de manera eficaz con una pastilla. Esto no significa que la pastilla corrigiera una falta de aspirina en su cerebro. La aspirina fue, Simplemente, la manera más rápida y más sencilla de superar su dolor de cabeza.
"
(...)
"¿Por qué tiene tanta importancia el efecto placebo? Nuestras expectativas pueden ejercer influencias poderosas sobre nuestra manera de pensar, de sentir o de comportamos. Si usted está convencido de que una cosa le sentará bien, entonces es bastante probable que le siente bien, aunque
no tenga ningún efecto verdadero. Supongamos que usted y yo somos ejecutivos de marketing de unos laboratorios farmacéuticos. Un día, en una conferencia de prensa anunciamos que hemos sintetizado un nuevo antidepresivo maravilloso llamado Placebin. Destacamos los efectos antidepresivos superiores del nuevo medicamento y explicamos que apenas tiene efectos secundarios o ninguno, y prácticamente ningún efecto tóxico. De hecho, estamos tan emocionados por este nuevo medicamento revolucionario que vamos a administrar Placebin de manera completamente gratuita a un millón de personas deprimidas en una enorme prueba clínica por todo el país. El Placebin inspira un entusiasmo enorme y la valoración en Bolsa de nuestra empresa aumenta en más de l.000 millones de dólares de un día para otro. Naturalmente. no decimos a nadie que nuestro nuevo medicamento no es más que un placebo que no tiene principios químicos activos. ¿Cuántos pacientes que tomen el Placebin se recuperarán? Muchos estudios de investigación han demostrado que si se administra un placebo inerte a per- l sonas que padecen depresión. al menos de un 30 a un 40% de éstas se recuperarán. Esto significa que, de aquí a unas cuantas semanas, se recuperarán de 300.000 a 400.000 pacientes de nuestra prueba clínica. Cantarán las maravillas del medicamento y dirán a todos sus amigos lo estupendo que es. Algunos hasta pueden hablar en programas de entrevistas en televisión y dar fe de cómo el Placebin corrigió el desequilibrio químico de sus cerebros y cambió sus vidas. Las ondas se llenarán de anuncios de este notable nuevo medicamento y centenares de miles de personas irán corriendo a ver a sus médicos para que se lo receten. Aparecerán libros polémicos que pondrán en tela de juicio la ética de recetar "píldoras de la felicidad" tan fuertes. Pero. en realidad, el Placebin no hizo nada por nadie. Si los pacientes mejoraron fue gracias a sus propias expectativas, no gracias a las pastillas. En realidad, los pacientes se curaron a sí mismos sin darse cuenta de ello. LA ESPERANZA ES EL ANTIDEPRESIVO MÁS POTENTE QUE EXISTE. El efecto placebo produce una enorme confusión sobre cómo y por qué funcionan los medicamentos y la psicoterapia. Podemos crear cualquier nuevo tratamiento extraño para la depresión o la ansiedad, y si somos capaces de convencer a la gente de que funciona, dará resultado para algunos pacientes, aunque se trate de una farsa descarada. En consecuencia, podemos llegar a la conclusión de que nuestro tratamiento tiene poderosos efectos antidepresivos o antiansiedad, cuando no los tiene. Estos engaños han existido durante miles de años. Antiguamente, los vendedores de elixires mágicos aprovechaban el efecto placebo de sus mercancías. También aprovechaban la disposición de las personas a pedir remedios milagrosos, rápidos y sencillos, para cualquier enfermedad que pudieran tener. Puede que usted esté pensando: "Bueno, todo esto son disquisiciones más bien teóricas, porque sabemos que los antidepresivos sí dan resultado. Se han validado en muchos estudios científicos, y están aprobados por la FDA". De hecho, la situación no es tan clara como usted podría figurarse. Algunos estudios recientes indican la posibilidad de que todos los antidepresivos que se recetan actualmente tengan pocos efectos terapéuticos, o ninguno, por encima de su efecto placebo. Por ejemplo, en un estudio reciente realizado en varias universidades y financiado por el National Institute of Mental Health, a 320 pacientes que padecían depresión grave se les asignó al azar uno de tres tratamientos: la hierba de San Juan o corazoncillo, sertralina o un placebo. Los investigadores pretendían descubrir, de una vez por todas, si la hierba de San Juan tenía algún efecto antidepresivo, y para ello la compararon con un antidepresivo "verdadero", por un lado. y con un placebo no activo, por otro."
"Ni [ la fluoxetina ] ni la hierba de San Juan obtuvieron resultados muy brillantes. Mientras que un 32% de los pacientes que recibieron el placebo se recuperaron, sólo un 25% de los que recibieron [fluoxetina] y un 24% de los que recibieron hierba de San Juan lo hicieron.2 El estudio demostró claramente ie la hierba de San Juan no tenía ningún efecto antidepresivo por encima de su efecto placebo. Sospecho que los malos resultados de la hierba de San Juan se anunciaron mucho porque a la industria farmacéutica le interesaba que la gente dejara de tomarla para que pasara a tomar, en cambio, antidepresivos. Sin embargo, los laboratorios no dieron publicidad al hecho de que el antidepresivo no obtuvo resultados mejores que la hierba de San Juan. ¿Ni [la fluoxetina] ni la hierba de San tan tuvieron ningún efecto antidepresivo verdadero por encima de su modesto efecto placebo! Éste ha sido uno de los mejores estudios que se han realizado sobre los antidepresivos y los resultados no concordaban con la idea generalizada de que las sustancias químicas a las que se llama antidepresivos tienen, en efecto, efectos antidepresivos específicos. ¿Se debían estos resultados a una simple aberración de alguna clase? El doctor Irving Kirsch, de la Universidad de Connecticut, y sus colegas, que han estudiado la literatura científica mundial y los datos presentados ante la FDA por los laboratorios farmacéuticos en las últimas décadas, han llegado a la conclusión de que estos resultados, en realidad, son muy típicos. Sus análisis indican que las diferencias entre los antidepresivos y los placebos son mínimas en el mejor de los casos y que al menos un 75% o un 80% de los efectos que atribuimos a los medicamentos antidepresivos son consecuencia de sus efectos placebo.
[...] Estos resultados tienen tres aspectos que llaman la atención. En primer lugar, ni el antidepresivo ni el placebo tuvieron una eficacia notable. Esto resulta especialmente desconcertante si se tiene en enta el hecho de que éstos son los resultados de los estudios más favorables que han realizado los laboratorios farmacéuticos. En segundo lugar, la diferencia entre los grupos tratados con el medicamento y con el placebo fue sólo de 2 puntos. Ésta es la máxima mejora que se puede atribuir al medicamento, y es pequeña, ínfima, sobre todo si se tiene en cuenta que haría falta una reducción de 25 puntos para la recuperación plena. Algunos investigadores han sugerido que probablemente un efecto tan minúsculo no justifica que se receten antidepresivos, dados los efectos secundarios significativos, los efectos tóxicos y los riesgos que se asocian a estos agentes ¡Una técnica de psicoterapia que sólo produjese una mejora de 2 puntos en la depresión no llegaría ni a mi lista de las cien mejores! "
( "Adiós, ansiedad", David D. Burns, Paidós 2006, ISBN 84-493-1925-0 )
[ continuará, dado que este tecnólogo heterodoxo aún no ha cometido el suficiente intrusismo profesional y apenas se ha limitado hasta ahora a citar a un reconocido experto, Profesor de la Universidad de Stanford, que, como se sabe, es un pequeño colegio provinciano sin prestigio alguno ]
jueves, 16 de julio de 2009
Split the code, Luke !
Hace tiempo que vengo desarrollando un proyecto de una magnitud considerable en mi lenguaje favorito ( para los que ayer no vinieron a clase, léase en C ).... Naturalmente, y , como buen informático, ampliamente influenciado por los más prestigiosos manuales sobre Ingeniería del Software, todo mi código fuente estaba en un único fichero .c y un único fichero cabecera .h. Es sobradamente sabido de que esas mariconadas de que el código conviene distribuirlo sensatamente entre múltiples ficheros fuente no es más que una invención de los autores de esos libros, que sostienen con argumentos que aparentan muy sensatos y que dicen que están comprobados pero que en realidad constituyen una forma de tener algo que decir en sus manuales para poder poner algo entre tapa y tapa y tener algo que vender, y por lo que ingresar un dinero para poder alimentar a sus retoños..... En particular, el argumento de que así, cuando buscas algo en tu código fuente, lo encuentras más rápido y fácilmente, dado que vas directamente al fichero donde lo que buscas tiene que estar, me parecía el más endeble..... Leñe..... ¡ Si encontrar lo que busco en mi editor favorito teniendo un único fichero lo único que requiere es recordar de una maldita vez y para siempre si en él Buscar es Control-B o Control-F !
De todas formas, ayer, no sé por qué, me dio por ser ingenuo y creerme esas paparruchas ( probablemente fue un ataque de pánico al ver que el tamaño de mi fichero estaba alcanzando unas dimensiones tan desmesuradas que entraba dentro de lo posible que me devorase y mis pobres parientes ni siquiera encontraran en este cuarto unos restos de los que disponer del modo que estimasen más oportuno).
Así que empleé un tiempo razonable en hacer un diseño inteligente ( no confundir con la teoría de los antidarwinistas ) sobre cómo distribuir mi código en unidades de compilación homogéneas y coherentes... Una vez planificado el patrón de corte y confección en un DIN-A4 para saber por dónde tenía que meter las tijeras divisorias, me puse a ello. Me sorprendió lo fácil que logré hacer las adaptaciones que me parecieron oportunas ( separar el código entre los ficheros obtenidos en mi diseño de las escisiones - splitters, puagh ! - , crear un fichero cabecera para cada unidad de compilación, incluir cláusulas de salvaguarda para evitar definiciones dobles por inclusión múltiple de los .h.... esas cosas ).
Hasta ahí parecía fácil..... Lo siguiente era donde el sudor frío amenazaba con paralizarme. Tuve que escribir una larga línea comenzando por gcc, incluyendo las opciones convenientes para la compilación y el enlazado, y la lista de ficheros fuente a compilar y enlazar. El resultado fue una orden cuyo aspecto abstruso hacía palidecer las frases más enrevesadas que pueda contener una mezcla de serbo-croata, olov y arameo; y la gran cuestión: ¿ cuántos errores de compilación voy a obtener ? El resultado me dejó estupefacto. Pulsé ENTER y el sistema no hizo nada,..... sólo volver al prompt mansamente.... Ni un sólo error de compilación, ni una triste queja del linker, ni un mísero warning..... Nada.... Era una cámara oculta, sin duda. Ahora hago un DIR y veo que no ha generado ningún .exe y se me va a quedar una cara de gilipollas que lo flipas. Coño, pues no.... Pues hay un .exe. Vale.... los autores de la broma, que a estas alturas no tiene ni puta gracia, han sido muy elaborados.... Han dispuesto que el compilador con truco crease un .exe. ¡ Qué cabrones ! Lo dejan todo p'al final, pa cuando ejecute el .exe que no será más que una cáscara de nuez y no hará nada. Hmmm.... Vamos a ejecutarlo, que la cara de tonto va a marcar un antes y un después. ¡ El complejo programa funciona, exactamente igual que el que obtenía de compilar mi fichero único !
¡ He visto la luz ! Los autores de manuales de Ingeniería del Software son unos tíos honestos. A partir de ahora todos mis proyectos software los planificaré desde el inicio para que su código esté distribuido de modo adecuado en múltiples ficheros....
Fíjate, querido lector, que hasta estoy empezando a considerar la idea de que eso de la Programación Orientada a Objetos no sea una tomadura de pelo. ¡ Cualquier día pruebo !
viernes, 12 de junio de 2009
El mundo laxo
Cuando empecé a programar, allá por los primeros años ochenta del siglo pasado, empecé con el BASIC.... de ahí, directamente me fui a lo que me atraía mucho más.... programar en ensamblador, que es donde a mí me "molaba" verdaderamente jugar... poder entrar en las entrañas de la máquina sin límites....
Pero el primer estudio serio, concienzudo, programado y estructurado que hice de la programación como ciencia fue utilizando PASCAL... Del PASCAL más puro, seguramente una de las características más significadas es que es un lenguaje fuertemente tipeado.
Muchos años después, tuve que retomar , a un nivel profesional, un proyecto que, por ahorrarse unas perrillas, una empresa muy seria había encargado, su parte de programación, a un profesor de secundaria en sus ratos libres.... Aquello era un desastre sin paliativos que hubo que corregir casi línea a línea.... El conjunto del desarrollo usaba la última versión entonces aparecida de Macromedia Director... El lenguaje usado para programar era el lenguaje asociado al producto, el lingo.... Me familiaricé con él en dos patadas, pero me sorprendió la carencia absoluta de tipos.
Veo paralelismos entre el mundo de los productos financieros y los lenguajes de programación; se asistió en un par de décadas a una transformación regular... De unos productos y servicios bancarios, o unos lenguajes de programación, cada uno que elija la "vista" que quiera, donde todo estaba estrictamente regulado, en buena medida como sabia prudencia para protegernos de nosotros mismos, a unos productos y unos lenguajes poco menos que absolutamente desregulados.....
Últimamente, los productos y los lenguajes han evolucionado años-luz... Sin embargo, aun con las muchas mejoras en la seguridad que la sabiduría casi siempre creciente ( ¡ quiero creer ! ) nos ha proporcionado, hoy, ambos mundos, a pesar de que aún mantienen cierta laxitud en las regulaciones, la compatibilizan en los mejores casos con una seguridad muy aceptable.
Sin embargo, y con todo lo que ha caído (desde economías enteras hasta transbordadores espaciales), vuelvo a ver propuestas de lenguajes de programación que postergan peligrosamente la posibilidad de detectar errores que con otro diseño se detectarían en tiempo de compilación, y créditos hipotecarios que se conceden valorando el bien inmueble con una temeridad ajena a que el valor de los inmuebles que garantizan millones de créditos vivos va a sufrir, sin duda, aún, un severo correctivo, si el cliente ( normalmente la pareja ) es bien considerado por la entidad...
¿ Habremos aprendido las lecciones ? ¿ Volveremos a buscar restos dispersos de los cuerpos de unos astronautas cualquier día ? ¿ O del valor de las garantías que le aceptó una entidad privada irresponsable a un cliente que no necesita comprarse un mercedes nuevo mientras la inmensa mayoría de las empresas no reciben el mismo trato para poder pagar una nómina en un momento en que su tesorería está llena de arañas? ¿ Me habré vuelto demasiado conservador o será cosa sólo de la edad ?
No desfallezcas.... Son ostie di un vecchio... Creo que estoy premenopáusico.
viernes, 8 de mayo de 2009
Memorias de un ingeniero...
Absolutamente hilarante, extraordinaria.... Lo único triste de todo el relato es que no es fruto de una imaginación desbordante, cuenta la realidad.
Memorias de un ingeniero
Memorias de un ingeniero
viernes, 1 de mayo de 2009
Del voto y de los ámbitos que le son propios
Recuerdo una anécdota en el Instituto. En segundo de BUP, una chica, "interrogada" por un profesor, cuya tendencia política no parecía difícil de deducir a partir de sus modos, maneras y criterios, y actuaciones, dio, auna pregunta de sí o no, una respuesta que yo percibí instantáneamente como errada. El profesor, entonces, se acercó a una columna de pares de mesas, y apuntó con el dedo sucesivamente a tres, preguntándoles a botepronto: ¿tú crees que la respuesta de Sonia es correcta? Los tres dijeron que sí. Viendo la ocasión, el profesor volvió a la zona de su mesa "preferente" y dijo: que levanten la mano los que crean, como Sonia, que la respuesta correcta es Sí. 39 manos se alzaron. Ahora, que la levanten los que crean que es no.... Yo levanté tímidamente la mía, en la atroz tesitura de exponer mi respuesta a una cuestión científica con el evidente riesgo de dejar mal a una compañera. Tras el contundente 39 a 1, el profesor, anunció, henchido, que la respuesta correcta era la de Sergio, y que el 39 a 1 a favor de la errónea demostraba que la Democracia es un sistema inválido.
Pues oiga, ni tanto ni tan calvo. Yo tuve muy claro que la pregunta sometida a votación no era candidata a obtener una respuesta atendiendo a un criterio de mayorías y minorías. De lo cual no se puede deducir que una votación no sea un sistema válido para que el pueblo escoja a sus gobernantes. Hay ámbitos y hay ámbitos.
El caso es que veníamos de cuarenta años en los que no se podía votar nada ( excepto un par de referendos franquistas que se celebraron bajo la premisa de que votar sí era votar que Franco se quedaba y votar no indicaba que Franco no se marchaba) y pasamos el péndulo a un extremo en que se pretendía votar todo.
Y en estos días, a esa cuestión, yo siempre correspondo con una pregunta: ¿ te parece razonable someter a votación si la gripe la causa un virus? Todas las personas preguntadas convinieron ya sin duda alguna en que hay cosas que no conviene establecer por el resultado de una votación.
En general, en ámbitos científicos, yo creo que hay un método alternativo y bien establecido, que ha tenido un éxito sobradamente contrastado, a someter las cosas a votación, incluso cuando se trata de cuestiones en las que ni siquiera los expertos muestran unanimidad. Ahora bien, el caso es que hay cuestiones que deberían situarse inequívocamente en el campo de la Ciencia.... ¡ que se resuelven por votación ! El caso paradigmático son los criterios de definición, clasificación y diagnóstico de las enfermedades psiquiátricas. Un conjunto de expertos se reúnen periódicamente y deciden, a veces llegando a votar, qué es una enfermedad mental y qué no, y de ahí surgen los standards "científicos" con que los psiquiatras de casi todo el mundo diagnostican.
Resumiendo un texto del Dr. David D. Burns, prestigioso psiquiatra ( "Adios Ansiedad", ed Paidós ) :
Para que se le diagnostique un Trastorno de Ansiedad Generalizada, tiene usted:
- que preocuparse excesivamente por las cosas, la mayoría de los días, durante más de seis meses.
- tiene que costarle trabajo controlar su preocupación
- la preocupación tiene que causarle una aflicción significativa en su vida
- tiene que sentir los síntomas físicos de la ansiedad
[sigo citando al Dr. Burns]: ... estos criterios pueden parecer razonables hasta que los examinamos críticamente. ¿ qué es preocuparse "excesivamente" por las cosas? ¿ cuánto hay que preocuparse, para que sea excesivo ? Si usted no lo sabe yo tampoco. Y ¿ por qué tiene que durar 6 meses su preocupación para que se le diagnostique esa enfermedad? Si lleva usted 5 meses y 29 días cumpliendo esos criterios.... ¿ Enferma usted súbitamente de TAG la medianoche del día que se cumplen los seis meses? [...] Si usted llega a Urgencias con fiebre alta, tos, disnea y la radiografía muestra una pulmonía, yo le diagnostico una pulmonía... No le digo: ¿ lleva usted dos con esos síntomas? Ah, pues mire, la definición de pulmonía requiere que los tenga durante tres días; no puedo diagnosticársela. Vuelva usted mañana , si sigue vivo, y entonces podré tratarle la pulmonía. Eso sería absurdo: la pulmonía es pulmonía dure tres días, una hora o un minuto....
Pero bueno, empecé un post, y este es un tema que da, como mínimo, para un libro.... Como ya se vislumbra lo que quiso exponer a tu gentil atención el Tecnólogo Heterodoxo, lo voy a dejar aquí.... Gracias por leerme.
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